Pablo Balarezo Moncayo (Ambato, 10 December 1904 – 23 January 1999) was an Ecuadorian poet, journalist and essayist. He was active in the literary and cultural circles of his native city, Ambato, and in those of Quito, Cuenca and Guayaquil. In Guayaquil, in 1934, he directed the Sunday Literary Supplement of the newspaper El Universo. He was named Director of the House of Montalvo in 1966 and Director of the National Library in 1972.
Family
Parents
- Father: Pedro Pablo Balarezo Franco
- Mother: Julia Eloísa Moncayo Moreno
Awards and recognitions
- In 1923, at the age of 19, he won a silver medal in a college literature competition.
- In 1928, he won a gold medal at the University Floral Games.
- In 1945, he won the Floral Games for the Political Independence of Guayaquil where he won the Silver Carnation with the poem “Canto al Agua Ecuatorial.”
- For two consecutive years he won the poetry contest of the Cuenca Lira Festival: in 1945, he received the Natural Flower for the poem, “Sinfonía del Mármol,” and, in 1946, the Gilded Arirumba for the poem, “Símbolo y Paisaje de la Ciudad de los Poetas.”
- In 1964, at the Floral Games of the Fruit and Flower Festival in Ambato, he won the Gilded Capulí with the poem “Fiesta de las Frutas y de las Flores.”
- He was appointed Director of the House of Montalvo in 1966 and, as such, he proposed three primary objectives in homage to the superb writer: an edition of Montalvo’s complete works, creation of the Order of Montalvo and creation of the Montalvo Chair.
- In 1972 he was made Director of the National Library.
Poems
24 DE MAYO
¡Hermoso día: sol, brisas, flores y trinos!
El sol brillar parece con más fulgor ahora;
la brisa viene lenta a perfumar la aurora;
las aves en sus nidos empiezan a trinar.
Existe en el ambiente un algo que entusiasma:
se aspira la fragancia de unos viejos laureles;
se escuchan las pisadas de bélicos corceles;
los montes en sus cimas empiezan a temblar.
¿Qué visión es aquella? Al Pichincha
se mira que sus miembros sacude con misterioso espanto;
después se oyen los ecos de gemidos y llanto,
que lanzaron hace un siglo los que iban a morir.
Clarines y cornetas y mil espadas rotas,
que cruzan cual centellas a hundirse en corazones;
y lanzas muy brillantes que rompen mil blasones,
y el grito de ¡Victoria! que al fin se deja oír.
Y un grito y otro grito, que llegan como un eco de voces ya lejanas,
de gritos ya perdidos,
que de infinitos pechos salieron confundidos,
a morir ahogados al ruido del cañón.
Y un grito que domina todos los otros gritos,
como un rugido inmenso:
¡Sois reconquistadores! ¡Volemos a la lucha! ¡Paso de Vencedores!
¡Levantad hasta lo alto vuestro sacro pendón!
Y truenos formidables…Un rugido de angustia…
La voz de Dios que grita: ¡Libertad a América!
¡Vence a la Vieja Raza, oh tú, Raza Homérica!
¡La vida de los libres es hora de empezar!
Y el águila salvaje sintiendo en sus entrañas
la sangre de Atahualpa con sangre de Escorpiones,
destroza con sus garras hispanos corazones,
y rompe sus cadenas queriendo ya reinar.
Y la libertad vuela del monte americano,
cruza, fulgente y rauda el espacio infinito
y se queda brillando sobre la heroica Quito;
mientras se posa el cóndor sobre el libre pendón.
Perdona Madre España a tu hija en rebeldía,
que quiso emanciparse, ser libre en su camino.
¡Contempla que no es su obra,
que fue obra del Destino debía ya ser libre el Mundo de Colón!
ELOGIO DE MI CIUDAD
Canto la beatitud del alma provinciana
llena de paz señera y ambiente señorial,
a mi ciudad hidalga, litúrgica y cristiana,
que se aduerme entre montes con calvas de cristal.
Mi hermosa ciudad plácida, prendida entre los Andes
como una perla viuda sobre una joya de oro,
con sus huertos que fingen bello encaje de Flandes
que se enreda en las playas de su río sonoro.
Su ambiente se satura del olor lujuriante
de los bosques floridos, y el sol ecuatorial
con fulgor inaudito brilla, como un diamante,
desmelenando más su cabellera astral.
Y vista la ciudad desde sus altas lomas
que le ciñen cual marco de mágico matiz,
parece gigantesca bandada de palomas
que han perdido el anhelo de ver otro país.
Amplias casonas viejas con pátina marcadas;
luengas murallas grises de antiguos monasterios
que ostentan con orgullo hermosas portaladas
estrechas y sinuosas calles enguijarradas
propicias a leyendas preñadas de misterio.
En ese ambiente místico vives en quietud suave,
oh, mi ciudad serrana, meditativa y grave,
sin la inquietud de vuelo que impulsa siempre al ave,
sin el morboso afán de fiebres de horizontes
que hace ir de puerto en puerto al barco viajador;
dulcemente arrullada te retienen tus montes,
sin que sepas del éxodo ni te arañe el dolor.
Como un perfume arábigo te embriaga dulcemente
tu ambiente religioso, tu cielo de cristal,
tu paz de monasterio, la brisa de tu oriente
y el rumor de tu río que evocativamente
te cuenta sus leyendas de Fábula Oriental…!
Pero no ha sido nunca estéril tu reposo.
Gloriosa cuna eres de genios inmortales.
¡Más que por tu belleza, brillas por tu Coloso,
el Cervantes de América, mundialmente glorioso!
¡Más que por tu belleza, por tus vástagos vales!
Oh mi ciudad romántica que vives añorando
el tiempo de los Incas, plácido y patriarcal;
eres como los suaves brazos maternos, cuando
acarician al hijo que viene sollozando
porque perdió un juguete o que rompió un cristal!
Hoy que a tu seno he vuelto salvando la distancia,
me han tornado más bueno recuerdos de la infancia
y me perfuma el alma gratísima fragancia,
pues si de lejos vengo, triste y desencantado,
trayendo en mis pupilas siniestros episodios,
en tu ternura mojo mi corazón, cansado
de perdonar envidias y desengaños y odios…
PRESENCIA ETERNA
Tú que fuiste el fulgor de mi vacío
para henchirlo de bellas primaveras,
con esa inmensa sencillez de río
cuando apaga la sed de sus riberas.
Que tenías piadosas y serenas
tus profundas pupilas de remanso
para aplacar al tigre de mis penas
y hacerlo tierno corderillo manso.
Tú que fuiste mi música de arrullo
de impalpables y mágicos violines,
que aún me arrullan con íntimo murmullo
de brisa mensajera en mis jardines.
Dulce madre, mi sol, mi luz, mi senda,
agua para mi sed, mi mano amiga;
para llagas del alma, dulce venda,
y sandalia de espuma en mi fatiga.
/////
Y tú, mi Padre, amigo, compañero,
lleno de gracia iluminada y noble,
armonioso, cual flor de duraznero,
y sosegado y recio como el roble.
Que oponías desnudo y sonriente
tu claro corazón a la amargura,
y sembrabas gozoso tu simiente,
prodigando rocío de ternura.
Que fuiste humilde sembrador sin nombre
siendo antena de luz, camino recto,
llama de fe y amor en alma de hombre
la cruz a cuestas del dolor perfecto.
Y con fecunda madurez de fruto,
completo me entregaste tu mensaje
al mostrarme en el último minuto
la manera suprema del gran viaje.
/////
Vosotros que marcháis, vuelo inefable,
por la ruta sin fin de los luceros,
polvo de tumba en éter impalpable,
sois vosotros, los dos, mis compañeros.
En abrazo me ciñe, de ternura,
vuestra suave presencia, todavía,
en mi noche, más noche y más oscura,
y en el alba, más alba, de mi día.
Aún oigo vuestra voz, honda y eterna,
cual eco alado de silencio y sombra,
sombra que es sol en mi íntima caverna,
silencio que me llama y que me nombra.
Para vosotros el alma pensativa
-ensueño de cristal en rosa mustia-
se enciende como lámpara votiva
con el óleo perpetuo de la angustia…!
Works
Poetry
Published
- Revistas literarias: Alba Azul, Ambato, 1921.
- Sol de Domingo, Quito, 1928.
- Rincón Nativo, Ambato, 1931.
- Feminil, Ambato, 1932.
- Ambato, Ambato, 1933.
- Elogio de mi ciudad, Quito, 1928
- La Apoteosis de un Maestro, Guayaquil, 1937.
- La Maravilla de Ambato, Quito, 1942. (Descargar)
- Panorama de la Educación de Tungurahua, Quito, 1942.
- Vértebras de Quiteñidad, Quito, 1942
- El Libro del Carabinero, Quito, 1942.
- Quito del Turismo, Quito, 1942.
- Mi Bolívar, Quito, Quito, 1944.
- Vida de Huracán, Ambato, 1944.
- Sinfonía del Mármol, Cuenca, 1945.
- El cuerpo yacente de Don Juan Montalvo, Ambato, 1945.
- Sinfonía del Agua, Guayaquil, 1945
- Símbolo y paisaje de la ciudad de los poetas, 1946.
- Romance del amor soñado, Quito, 1946.
- Anatema, Ambato, 1948.
- Heraldo de los saltimbanquis de la farsa, Ambato, 1948
- Peregrino de la noche – Romancero de amor – Alma plena, Quito, 1959
- El Colegio Nacional Bolívar, en el centenario de su fundación, Ambato, 1961.
- Autobiografía de Juan Montalvo, Ambato, 1963
- Canción de Ternura Estremecida, Quito, 1964
- Carta Cordial a los Visitantes de la Casa de Montalvo, Ambato, 1967.
- Pelileo, Hontanar de Gloria, Ambato, 1967
- La Ambateñía, Canción y Exégesis, Ambato 1972.
- Montalvo, Testimonio Documental, Ambato, 1995,
- Poesía en Plenitud del alma, Ambato, 1997
Unpublished
- Siluetas de la Ambateñía
- Cien rostros de Montalvo
- Metanoia, una verdad decapitada
- Grandes errores de los Grandes